Hay dos problemas de salud humana que se han ido incrementando en los años recientes en nuestro mundo, pero que han existido desde siempre. Estos problemas son el estrés y la ansiedad. Sin embargo algunas sustancias llamadas "adaptogenos" pueden ayudar a disminuir sus efectos negativos en nuestro cuerpo.
La palabra estrés proviene del inglés stress y significa fatiga. Se piensa que el estrés es una enfermedad, sin embargo según lo que indica el investigador Lisandro Vales, el estrés es una reacción del ser humano a situaciones amenazantes o de excesiva demanda y puede estar al servicio de la supervivencia del sujeto y de la especie.
En la actualidad, con el ritmo de vida tan acelerada, las exigencias laborales, los diferentes estímulos a los que estamos expuestos, los problemas sociales que vivimos es posible que se active con mayor frecuencia nuestro estrés en situaciones que consideremos que pondrán en peligro nuestra supervivencia o nuestra estabilidad personal. Cuando estas reacciones se prolongan en el tiempo se produce una sobrecarga en el organismo que puede desencadenar problemas en la salud, y esto se conoce como disestrés.
La ansiedad es una respuesta adaptativa del ser humano y según lo indican Suárez y Richards es la expectación penosa o desasosiego ante un peligro impreciso. Es una de las sensaciones más frecuentes en el ser humano que se traduce en un estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. Lo malo de la ansiedad alude a una combinación de distintas manifestaciones físicas y mentales que no son atribuibles a peligros reales, sino que se manifiestan ya sea en forma de crisis o bien como un estado persistente y difuso, pudiendo llegar al pánico.
Digamos que la ansiedad es un temor a peligros futuros, indefinibles e imprevisibles. Pero según lo indica el investigador Vila, si la ansiedad supera la normalidad en cuanto a los parámetros de intensidad, frecuencia o duración, o bien se relaciona con estímulos no amenazantes para el organismo, provoca manifestaciones patológicas en el individuo, tanto a nivel emocional como funcional y esto si será muy peligroso para su salud y su calidad de vida.
La Ashwagandha o «Withania Somnífera» es un adaptogeno también conocido como Ginseng Indio que se ha usado desde hace varios siglos y es bastante empleada en la medicina ayurvédica. La terminología de adaptogeno la propuso Israel Brekhman en 1969.
Lo recomendamos ya que al ser una planta revitalizante se ha destinado a tratar estados depresivos, de estrés y de ansiedad. E inclusive ayuda en el tratamiento del déficit de atención por hiperactividad nerviosa.
El uso de Ashwagandha aumenta la actividad colinérgica, comprobándose en el aumento de acetilcolina y de la actividad de la colinacetiltransferasa según lo indica Schliebs. Es decir hay mejor transmisión de esta sustancia (acetilcolina) entre neurotransmisores y receptores.
Debido a la relación que existe entre la ansiedad/estrés y el aumento de peso se ha comprobado que el extracto de la raíz de Ashwagandha se puede utilizar para el control del peso corporal en adultos sometidos a estrés crónico.
Algunos beneficios que tiene es que ayuda a facilitar el sueño y mitigar el insomnio, aumenta la fertilidad, mejora el deseo sexual, fortalece el sistema inmunológico, controla los niveles de glucosa y colesterol, lo que ayuda a la prevención de enfermedades como la diabetes y otras dolencias vasculares, también tiene efectos antioxidantes y antienvejecimiento.
Se recomienda sin embargo que no la consuman personas embarazadas o madres en lactancia, ni aquellos que sufren de hipertiroidismo, úlcera péptica y que no se combine con sedantes.
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